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5 de octubre de 2012

Las hermanas Polgar: Judit, Zsuzsa y Sofia

 El ajedrez actual permite, en muchas de sus competiciones, que hombres y mujeres compartan tablero. Prácticamente ningún deporte cumple este requisito, por lo que resulta extraño la poca repercusión que tiene dentro del colectivo femenino. No hace mucho se ha dado el dato de que sólo el 6% de los ajedrecistas federados son mujeres... realmente desalentador. ¿Dónde está la raíz del problema? Mi opinión personal es que dicha raíz hay que empezar a buscarla en la educación que se nos da desde la niñez. Al niño se le educa en unos valores competitivos, se le anima a practicar todo tipo de deportes y se le incita a la autosuperación. A la niña, por contra, en muchas ocasiones se la educa con valores estéticos y poco más. Esto es lo aceptado socialmente, pero no nos damos cuenta de que de esta forma estamos marcando un camino muy estrecho a las futuras mujeres, camino del que luego resulta complicado salir.
            Tratar de argumentar que la mujer es inferior al hombre frente a un tablero de ajedrez es poco menos que absurdo, sólo hay que echar un vistazo a la historia y repasar la larga lista de jugadoras talentosas que han competido de tú a tú en el ajedrez masculino. Desde Vera Menchik y Sonja Graf, pasando por las jugadoras soviéticas y las hermanas Polgar, llegando al ajedrez actual con figuras emergentes como Hou Yifan.
            El ajedrez es un gran ejemplo para demostrar que otra sociedad es posible, un deporte donde no importa el sexo al que pertenezcas, sino la capacidad creativa de cada cual. Desde esta sección pretendo resaltar esto, porque lo creo necesario... cuando lleguemos a un mundo donde no se distinga entre hombre y mujer tal vez cierre este apartado, hasta ese día...

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